Nosotros en la noche by Kent Haruf

Nosotros en la noche by Kent Haruf

autor:Kent Haruf [Haruf, Kent]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Realista
editor: ePubLibre
publicado: 2015-01-01T05:00:00+00:00


21

Quería ser poeta. Creo que solo lo sabía Diane. Estudié literatura en la universidad al tiempo que me sacaba el título de maestro. Pero me volvía loco la poesía. Todos los poetas que leíamos entonces. T. S. Eliot. Dylan Thomas. e. e. cumings. Robert Frost. Walt Whitman. Emily Dickinson. Poemas sueltos de Housman y Matthew Arnold y John Donne. Los sonetos de Shakespeare. Browning. Tennyson. Me aprendí algunos de memoria.

¿Todavía los recuerdas?

Recitó los primeros versos de «La canción de amor de J. Alfred Prufrock». Unos cuantos versos de «La colina de los helechos» y otros de «Y la muerte no tendrá señorío».

¿Qué pasó?

¿Te refieres a por qué no seguí?

Se diría que todavía te interesa.

Me interesa. Pero no como antes. Empecé a dar clases y nació Holly y estaba demasiado ocupado. En verano trabajaba pintando casas. Necesitábamos dinero. O al menos lo pensaba.

Me acuerdo de cuando pintabas casas. Con otro par de profesores.

Diane no quería trabajar y yo estaba de acuerdo en que Holly debía tener a alguien con ella en casa. De modo que escribía un poco por las noches o los fines de semana. Me aceptaron un par de poemas en revistas y semanarios, pero me rechazaban la mayoría, me los devolvían sin ni siquiera una nota. Si alguna vez recibía algo de algún editor, unas palabras o una frase, me lo tomaba como un estímulo que me daba para vivir durante meses. Ahora no me sorprende. Eran unos poemas horribles. Imitaciones. De una complejidad innecesaria. Recuerdo un verso de uno que hablaba del azul iris, que no está mal, pero dividí la palabra «iris».

¿Por qué?

Vete tú a saber. No importa. Enseñé el poema, uno de los primeros, a uno de los profesores de la universidad y le echó un vistazo y se quedó mirándome y me dijo: Hum, interesante. Sigue trabajando. Uf, era penoso.

Pero si hubieras persistido habrías mejorado.

Tal vez. Pero no funcionó. No lo llevaba dentro. Y a Diane no le gustaba.

¿Por qué no?

No lo sé. Quizá se sintiera amenazada. Creo que estaba celosa de cómo me sentía y del tiempo que le dedicaba, a solas y en privado.

No soportaba que quisieras escribir.

Ella no tenía nada que quisiera hacer. Salvo cuidar de Holly. Y luego el grupo de mujeres que te he contado la ratificó en lo que pensaba.

Bueno, pues ojalá hubieras retomado la poesía.

Creo que forma parte del pasado. Ahora te tengo a ti. Y me apasiona, ¿sabes? Pero ¿y tú? Nunca me has contado lo que querías hacer.

Quería ser maestra. Empecé un curso en la Universidad de Lincoln pero me quedé embarazada de Connie y dejé los estudios. Después hice un cursillo de contabilidad para poder ayudar a Carl y, como ya te conté, trabajé para él como recepcionista y contable a tiempo parcial. Cuando Gene empezó el colegio entré en las oficinas del Ayuntamiento de Holt, ya lo sabes, y aguanté una buena temporada. Demasiado tiempo.

¿Por qué no retomaste la enseñanza?

Creo que nunca me lo tomé lo bastante en serio ni con el suficiente compromiso.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.